Me importa un pimiento

Quizás suene mal, me importa un pimiento, un dicho muy utilizado para indicar que algo no te importa o que desprecias. Pero nada mas lejos de la realidad, por lo menos de la mía.

Yo a los pimientos me los tomo muy en serio. Pocas cosas están mas buenas que unos pimientos fritos, con ese buenísimo sabor que se impregna  en el aceite y que devoro sin importarme las muchas calorías que contiene ese plato, no por los pimientos que solo tienen 19 calorías por 100 gramos si no por el pan que mojo con entusiasmo en ese aceite aromatizado.

 El pimiento, como ya todos sabéis aporta mucha más vitamina C que las naranjas, 107 mg por 100 gramos frente a las 54 de  la fruta. Para que nos entregue todas sus virtudes lo mejor es disfrutarlo en crudo, como en ensaladas o en gazpachos pero en nuestra rica cocina mediterránea nos lo encontraremos de mil maneras, al horno, en sofritos, en potajes, secos, en vinagre.

Pimiento rojo, verde,cebolla y berenjena para una buena escalibada. Todo lo que veis es de producción propia.

Hoy os propongo una manera de consumirlos nada habitual pero muy sabrosa y peculiar. La mermelada de pimiento es una exquisitez que a los que gustéis de un toque dulzón os va a encantar acompañando a carnes como guarnición o como desayuno o merienda untándolo en una buena tostada con tu queso preferido.
Animaros que ahora están de temporada y baratos. Los que ilustro a continuación son de producción propia.





 Elegir los pimientos con un color verde atractivo a la vista, que no tengan ese color apagado de haber pasado mas tiempo del debido en las cámaras frigoríficas. Tienen que estar turgentes, que al rozarles unos con otros chirríen.
Estos recogidos en mi huerto pasan todos los controles de calidad que le queramos pasar.

Bien lavados, se les quita las pepitas y el rabo y se le escurre bien el agua.
 
 El corte que le hagáis va al gusto. Yo los corté al Brunoise para dejarlos en trocitos una vez terminada la compota. Si queréis pasarla por la batidora una vez hecha la mermelada el corte no es muy importante siempre y cuando los trozos sean mas o menos iguales,


 Como en la mayoría de las recetas, el orden del producto si que altera el resultado, y la cantidad de cada uno de ellos ya ni te digo.  Personalmente me gusta dulzón, no muy exagerado, pero dulzón. La proporción fue de 500 gr. de pimiento por 200 gr de azúcar. Podéis modificar al gusto. Por cierto,el azúcar es un excelente conservante.


n
Poner en una cazuela el pimiento con un chorrito de aceite suave, para que no aporte sabor al nuestro guiso, salar ligeramente para que ayude a sudar a nuestra verdura y cocinar a fuego no muy fuerte hasta que se poche nuestra verdura, Ir removiendo continuamente para igualar el proceso a todo el contenido.



Añadimos poco a poco el azúcar  y removemos bien hasta que la azúcar se vuelva líquida.
 Pasados unos  15 minutos veréis que ya a reducido suficiente el liquido y ya tiene una textura caramelizada que dan ganas de meterle mano. Ojo que la azúcar en este estado quema como ella sola. Dejarla reposar un ratito antes de empezar a llenar los botes si no queréis que os tatúen a fuego los dedos.


 Elegir botes acorde al consumo que vayáis a tener . Este tamaño de bote me lo zampo en dos semanas conservándolo en la nevera una vez abierto.


 Tostadita, queso fresco de Burgos y coronado con mermelada de pimientos te hará salivar de placer .

  Me gusta ponerle por encima una pizca de pimienta recién molida y como acompañante  un vasito de vino, de  cerveza o simplemente con un  olímpico 'Relaxing cup of café con leche
..
Ingredientes
500 gr, de pimientos ya limpios
200 gr, de azúcar
1 cucharada de aceite suave
1 pizca de sal
Y esto es todo amig@s

Comentarios

Entradas populares de este blog

Brujas y sacerdotes